Hoy hablaba con mi hermana, que es maestra y madre, y me contaba que mi sobrina y ella están llevando bastante bien la cuarentena gracias a las rutinas: tarea del cole, teletrabajo, ejercicio, zumba, manualidades…No son pocos los expertos que recomiendan establecer un horario que, tanto a adultos como a niños, nos dé seguridad, un objetivo que haga más agradable estos días inciertos.

Y hoy, viernes, me di cuenta de que muchos no hemos perdido la ilusión por la llegada del fin de semana, incluso las vacaciones, a pesar de no poder salir de casa. Pensar en no poner la alarma para despertar, en dedicar un sábado a ver películas, hacer juegos, leer, descansar…Esto es en gran parte gracias al teletrabajo y las clases no presenciales por Internet. Los maestros nos esforzamos por seguir ofreciendo a nuestros alumnos, no sólo conocimiento, no sólo avance en los contenidos, no sólo una evaluación con calificaciones, sino un objetivo. Los objetivos nos hacen esforzarnos por ser mejores, nos hacen desear parar a respirar y sentirnos bien con nosotros mismos. Esa satisfacción del trabajo bien hecho y el respiro después, no tiene precio. Es sabido que para que haya luz es necesaria también la oscuridad. Creo que hablo por todos mis compañeros de profesión cuando os aseguro que comprendemos a la perfección la difícil situación en casa estos días, muchos son maestros y también padres. Asumir, de repente, la carga del trabajo que se hacía en la escuela y compaginarlo con todo lo demás, tiene que ser realmente agotador y supone un peso añadido a toda la tensión y carga emocional que supone esta incierta situación. Pero ya os lo he dicho a muchos y lo repito: poco es siempre mejor que nada. Nadie os pide cumplir un horario estricto a rajatabla, nadie os pide llegar hasta el final de las tareas y temarios, la idea es que los niños no se desconecten de su aprendizaje y eso se consigue flexibilizando horarios, materias, tareas…Si no puedo dedicar cinco horas diarias al trabajo del colegio, dedico dos, o una…hasta el mínimo esfuerzo es beneficioso para ellos y para la familia. Otra opción es adaptar el aprendizaje: haced juegos, leed cuentos, ved películas con una enseñanza, hablad con los niños de aquello que les preocupa y suscita curiosidad.

Aunque ahora no lo creáis ni por asomo, contar con medios tan útiles y rápidos como Internet es un privilegio. Gracias a ello, no será necesario modificar el calendario escolar, no perderemos el verano, vuestros hijos seguirán mejorando y toda esta experiencia y su aprendizaje les serán útiles en su vida futura. Después de todo, son vuestros hijos, y aunque a los maestros nos preocupen, vosotros sois los primeros interesados en que crezcan para convertirse en personas autónomas, libres y felices. Siempre se habla de la importancia y el valor de la educación, y siempre se pone el foco en nosotros, los maestros, pero las familias sois una parte vital de la comunidad educativa: sin vosotros, nuestro esfuerzo y trabajo cojea. En vuestra mano está ayudar a vuestros hijos y contribuir con ello a mejorar el clima en el hogar, que os aseguro que sería mucho peor sin ese objetivo. Unidos somos más fuertes.

¡Ánimo, sabemos que sois capaces de todo! Y siempre nos tendréis a los maestros para ayudaros en lo que podamos. Mi cuenta de correo, y la del resto de compañeros, están deseando oír ese “clin” de mensaje recibido.

Un fuerte abrazo.